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”…Construir un lugar de uso colectivo cada vez menos parece consistir en rediseñar hasta el cansancio bancas, postes, piletas o pavimentos. De esa manera se han consumido grandes posibilidades. Construirlo significa expandir el imaginario publico, dibujar o muchas veces sólo desdibujar una imagen en torno a la cual distintas memorias se reúnen, se cruzan, sin siquiera asistir al evento…” [2] Smiljan Radic.
Lo interesante de esta lectura es que permite imaginar, una posibilidad de construir en estos lugares despoblados, ya no un lugar de uso colectivo “equipado de mobiliario”, como es costumbre observar en parques y plazas de la ciudad, sino más bien un paisaje, que “expanda el imaginario público”, otorgándoles un nuevo sentido y destino.
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Finalmente, esta intervención “sin pasto en una área verde”, sino que con un par de mallas y una lógica constructiva elemental, más unos recuadros de pavimento de baldosas de la plaza de armas de Talca, permitirá ampliar un imaginario simplificado de anécdotas, o como nos dice el arquitecto Germán del Sol, en el Proyecto-Matices:
“…una arquitectura, que recibe lo que hay como un regalo, sin echar de menos lo que falta, sino más bien, encontrando en los problemas las oportunidad que traen encubiertas…” [3] Germán del Sol.
”…Construir un lugar de uso colectivo cada vez menos parece consistir en rediseñar hasta el cansancio bancas, postes, piletas o pavimentos. De esa manera se han consumido grandes posibilidades. Construirlo significa expandir el imaginario publico, dibujar o muchas veces sólo desdibujar una imagen en torno a la cual distintas memorias se reúnen, se cruzan, sin siquiera asistir al evento…” [2] Smiljan Radic.
Lo interesante de esta lectura es que permite imaginar, una posibilidad de construir en estos lugares despoblados, ya no un lugar de uso colectivo “equipado de mobiliario”, como es costumbre observar en parques y plazas de la ciudad, sino más bien un paisaje, que “expanda el imaginario público”, otorgándoles un nuevo sentido y destino.
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Finalmente, esta intervención “sin pasto en una área verde”, sino que con un par de mallas y una lógica constructiva elemental, más unos recuadros de pavimento de baldosas de la plaza de armas de Talca, permitirá ampliar un imaginario simplificado de anécdotas, o como nos dice el arquitecto Germán del Sol, en el Proyecto-Matices:
“…una arquitectura, que recibe lo que hay como un regalo, sin echar de menos lo que falta, sino más bien, encontrando en los problemas las oportunidad que traen encubiertas…” [3] Germán del Sol.
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